lunes, 1 de abril de 2013

Los favores

Los favores hay que agradecerlos en la medida de lo que valen . . . no por lo que le cuestan a quien los hace . . .


Todos, a lo largo de nuestra vida necesitamos el auxilio o colaboración de alguien. Es el momento de pedir un favor . . . 



Para algunos es realmente complicado, otros lo hacen con naturalidad y frescura (a veces, hasta excesiva), pero con mayor o menor frecuencia, todos hemos de llamar a alguna puerta.

La diferencia entre unos y otros empieza en la elección. 

Procuramos escoger a aquellos de nuestro entorno, que están en mejor disposición o situación para poder ayudarnos, pero en esto, como en todo, no todos somos igual de selectivos. 

Procuramos "dar la menor guerra posible" (me encanta esta expresión, por lo mucho que la pienso), aunque siempre hay quien "no se corta un pelo".

Procuramos hacer patente nuestro agradecimiento, en mayor o menor medida . . . (y no se trata de hacerle la ola a nadie)

Pero lo que no siempre procuramos, o al menos no siempre conseguimos, es valorar adecuadamente lo que han hecho por nosotros. Tendemos a valorar el favor recibido por lo que le ha costado hacerlo al "prestador" y no por lo que le ha solucionado al "recibidor": 







  • ¿Cuánto vale que alguien te acompañe a recibir esa noticia que no quieres recibir solo?
  • ¿Cuánto vale que alguien te ayude a tomar esa decisión que te resulta tan difícil?
  • ¿Cuánto vale que alguien te acompañe en un momento de incertidumbre? 
  • ¿Cuánto vale la compañía en una sala de espera?
  • ¿Cuánto vale que alguien te escolte a algún lugar solitario dónde tienes que ir inexcusablemente?
  • ¿Cuánto vale que alguien te ayude con esos papeleos tan antipáticos que tienes que hacer?
  • ¿Cuánto vale que alguien te resuelva un aburrido trámite burocrático?
  • ¿Cuánto vale que alguien te solucione ese pequeño embrollo informático en el que te has metido?
  • ¿Cuánto vale que alguien te eche una mano con esas instrucciones que no has acabado de leer?

Podría ampliar hasta el infinito y más allá esta relación, pero prefiero dejar la lista abierta, y que cada cual la complete, reflexionando sobre el valor verdadero de los favores, tanto de los que recibimos, como de los que hacemos.

Y al final, recurrir al sabio refranero español: 


"Es de bien nacidos, ser agradecidos"

1 comentario:

  1. Cuanto vale dices? Vale muchísimo, por éso te quiero tanto, porque siempre estás. De echo cada día te quiero más.

    ResponderEliminar

Este blog se alimenta de un espíritu lúdico, amistoso y de buen rollo, si has aterrizado por aqui, por alguna razón y no son éstos los parámetros que nutren tu vida, dale a siguiente blog, por favor. Gracias,
Está optimizado para Chrome, por lo que puede dar algún problema en otros navegadores, especialmente en móviles (puedes ver la "versión web").