domingo, 14 de julio de 2019

Borrón y cuenta nueva

Limpieza de primavera


Abrir el armario, arramplar con todo y empezar de cero. Todo nuevo, todo a estrenar, todo mirado con ojos de ilusión, ¿os parece tentador? A mi no, sinceramente, soy muy de encariñarme con las cosas. Me cuesta mucho renunciar, me cuesta asumir que ya no voy a volver a ponerme esa camiseta que tanto me gustaba, a fin de cuentas yo cambié, ella también y nuestros caminos ya no se cruzan. Necesito dejar perchas libres en el armario para acoger esa camisa nueva que promete hacerme disfrutar de su suave tacto, o de ese escote que tanto me favorece, o ese vestido tan fresco, que me acompaña a mi nueva oficina. 

Pero no voy a tirarlo todo, aunque ya han ido a la basura varias prendas queridas, como ese camisón brasileiro que tantas noches albergó mi piel. Voy a racionalizar los espacios, dejando más a mano aquello que más me soluciona, aquello que más me complace, y en ese cajón menos accesible aquello que tuvo un espacio importante en mi vida, pero ya no lo tiene, y conservaré todas aquellas cosas que aún puedo volver a ponerme en cuanto pierda alguno de esos kilos que me sobran, me dará mucha alegría volver a recuperar algunas prendas, estoy segura. 

Para ello es imprescindible analizar, cuanto tiempo hace que no me pongo esa prenda, si es porque no es de mi talla actual o simplemente porque pertenece a una época que ya no me representa ¿Me voy a volver a poner un traje de chaqueta con falda de tubo y americana clásica? Lo dudo mucho. Hay prendas que ya no son yo. O yo ya no soy esas prendas, son como me gusta decir de "mi otra vida" porque yo tuve otra vida, tan distinta de esta, que las personas que me conocen de 8 ó 10 años para acá ni imaginan.

Pues bien, mi limpieza de primavera del armario la voy a llevar a cabo en verano, porque se me ha echado la estación encima sin empezar. 

Pero no sólo voy a hacer limpieza de primavera en mi armario. Este año ha tocado cambiar todo mi dormitorio, con esos mismos criterios permanecen algunas cosas, las más queridas, mis libros, mis sellos, mis diccionarios, de hecho tengo una librería más, cada cual arrastra sus vicios, pero el espíritu de mi habitación (mis dominios como suelo decir) ha cambiado, junto con el color de las paredes. Y el cambio me ha sentado bien. 

En vista del éxito, con los mismos criterios que estoy utilizando para limpiar mi armario, he decidido limpiar mi agenda y al paso mi corazón:

  • Apartado UNO. - Conservar a mano lo que me viene bien. 

  • Apartado DOS. - Almacenar en el maletero todo aquello que pueda recuperar más adelante. 

  • Apartado TRES. - Desterrar lo que ya no me encaja. 


Para eso hay que decidir en que categoría encajas cada cosa, cada relación, cada persona, cada recuerdo, y ponerlos en su lugar. Lo que te dejas a mano es relativamente fácil, está claro que te pones cada semana (y con quien te relacionas con asiduidad). Este Apartado UNO está chupado. 

El apartado TRES también es relativamente sencillo, si hace más de 5 años que no te lo pones, (si no habláis nunca o cuando lo hacéis es por compromiso puro y duro o por conveniencias sociales, o porque te reclaman por conveniencia) al Punto Limpio, sin miramientos.

El apartado DOS es sin duda el más complicado, porque tendrás tentaciones de dejar algunas cosas en el UNO, cuando realmente no te las vas a poner, porque aunque tú quieras, te sientan como a un santo dos pistolas . . . y tendrás la tentación de apartar al TRES otras cosas que a lo mejor se merecen una segunda oportunidad. El apartado DOS es el más difícil de delimitar. (Y con las personas aún más porque alguien puede acabar sufriendo).

Una vez decidido a que apartado lo vas a enviar es el momento de prepararlo para su viaje, también aquí el apartado DOS será el más complicado, lavarlo lo lavo, pero ¿lo plancho? O lo dejo para planchar cuando me lo vaya a poner más adelante, ¿lo pongo en el fondo de la caja del último rincón o en primera linea de la más cercana como ese bolso que adoro? ¿Lo separo por probabilidades de que me lo ponga? ¿o por temporadas? ¿o por tallas?.

¿Y qué hago con las personas del apartado DOS? Pues yo creo que "guardarlas limpias" como la ropa. Así que esto es un aviso para ellos y ellas:

Quedáis liberados de cualquier obligación que hubierais contraído conmigo, no me debéis cenas, ni paseos, ni helados al atardecer, ni esa llamada para ver cuando nos vemos, ni hacernos un cine juntos, ni viajar a Portugal conmigo (aunque sigo pensando que ir a Portugal conmigo es un chollo). No me debéis nada, no espero nada y no quiero nada porque sea un compromiso previamente adquirido, "ego te absolvo". 

¿Eso quiere decir que no quiero nada con vosotros? Para nada, quiere decir que ya no espero nada de vosotros, y que si decidís llamar a mi puerta o a mi teléfono, Whatsapp, Messenger o lo que sea, será porque queráis formar parte de mi vida, e incluso pasar al Apartado UNO, que indiscutíblemente está mucho más cerquita de mi corazón. 

La limpieza de agenda ya ha empezado, me he comunicado individualmente con algunas personas y les he hecho saber que dudaba si dejarlos en el UNO o en el DOS. Y sus respuestas me han ayudado a decidir. 

Si alguien del Apartado TRES me leyera por casualidad y quisiera salir del Punto Limpio, casi seguro que está a tiempo, pero es improbable que me lea y que me lo diga . . . aún más.

P.D.- Todo esto no se aplica a los préstamos, si tengo algo vuestro os lo devolveré y espero de vuelta mis cosas, sin prisa, pero sin olvidar y si parece que soy yo la que me olvidé de algo, reclamad por favor. 


lunes, 1 de julio de 2019

Brunette 5 de . . .

¿En tu cocina o en la mía?

Charlábamos Marián, una amiga suya (si quiere identificarse que lo haga libremente) y yo la otra tarde, sobre lo divino y lo humano, sobre todo lo humano, que nos gusta más y cuanto más terrenal, mejor.

Pues bien, hablábamos de que en esta época de talleres, sesiones formativas, clases magistrales y "coaches", hay nicho de mercado para una formación más, un área desatendida con la que echar un cable a los hombres, y por ende a las mujeres también, en esa asignatura que tantos y tantos suspenden: "el día después".

Has sido atento, has sido amable, has sido divertido, te has preocupado de organizar unos preliminares como está mandado, todo ello nos ha llevado a pasar una velada (o noche, o día, o finde o lo que sea) estupenda y agradable. Hemos disfrutado de nuestros cuerpos, de caricias, de besos, de un sexo saludable y apasionado, ambos hemos gozado (nos hemos dado perfecta cuenta ambos).

Pero ahora debemos volver a nuestras vidas. Un beso apresurado:

     - Un placer.
     - O varios - respondo.
     - Nos vemos.
     - Seguro.

Y cada uno cierra su puerta, la del coche, la de casa, ¿la del alma? Pues no, nosotras no cerramos esa puerta en ese momento, pero vosotros si.

Decís que somos difíciles de entender, de complacer, y no es cierto. He hablado con muchas mujeres de esto, y todas queremos un mensaje, una llamada, un whathsapp, un SMS un algo que diga: "Lo he pasado muy bien", "Ha sido agradable", "Qué tengas un buen día", "Te pensaré a la hora del café", etc. Cualquier pequeño gesto que nos haga sentir que lo de hace unas horas entre las sábanas no fue un espejismo, y si estamos en vuestra casa no hace falta que nos traigáis el desayuno a la cama, de hecho yo nunca desayuno sin lavarme los dientes, pero no nos dejéis irnos sin desayunar juntos, aunque sea un café soluble de pié en la cocina.

BeSOS, 

Brunette

P.D. Y ahora Marián, busca una foto...


Si este es el "pre"

Este no debe ser el "post"

¿Te valen 3? ¡Creo que lo he pillado!
Marian