jueves, 18 de abril de 2013

30 años fumando, 30 meses sin fumar


¡Con más gloria que pena!


Hoy es día de celebrar, de compartir alegrías y ayudar a decidirse a los que todavía os lo pensáis: hoy 18 de abril de 2013, hace 30 meses que no fumo, si, dos años y medio, y a fecha de hoy tengo muy claro que es el mejor regalo que me he podido hacer a mí misma, porque fue mi regalo de cumpleaños de 2010. 

Lo primero, es decir, que la receta infalible para dejar de fumar es sólo una:

“QUERER DEJARLO”.

Todo lo demás, tiene mucha importancia, pero son sólo ayudas, apoyos, estímulos, argumentos, razones, que debidamente combinadas en las proporciones correctas, las que a cada uno convengan, darán el cóctel perfecto.

Dejar de fumar ha beneficiado muchas áreas de mi vida:

La salud. Da gusto nadar, o subir cuestas en el campo o escaleras en el metro sin ahogarte a la primera de cambio. La piel, las uñas, los dientes, el olfato, el gusto se benefician inmediatamente y todo ello sin necesidad de echar un vistazo a las radiografías de tus pulmones, son beneficios inmediatos que aprecias desde el primer día.

La higiene. Yo, fumaba en casa, aunque sólo en algunas piezas, ni en los dormitorios, ni en el baño, pero sí en el salón y en la cocina, como la mayoría… ¿os habéis fijado en el trapo blanco de limpiar los cristales del salón cuando fumáis allí, si, esas horribles manchas amarillas, pues si se ponen así los cristales a distancia, nuestros pulmones, nuestros ojos, nuestra piel, que está tan íntimamente cerca . . .  las cortinas, la pintura, las tapicerías. Y que decir si además fumáis en el coche, no voy a entrar en detalles, TODOS sabéis de que estoy hablando y no hay porqué ponerse excesivamente desagradable. ¿Y la ropa? Los abrigos, chaquetas, guantes, las briznas de tabaco en los bolsos y bolsillos . . .

La economía. Aunque os parezca un planteamiento sólo material, no lo es. No se trata de lo que te ahorras, que también es una opción, si no de los nuevos destinos a los que dedicas ese dinero que ya no quemas. En mi caso, algo de depilación definitiva, algún SPA, algún podólogo de más y sobre todo mis deseadas clases de brasileiro, cosas que de otra manera no me podría pagar o que me daría cargo de conciencia gastarme el dinero en eso. A la vista está que no es un resultado sólo material, me quito algo que me perjudica y lo sustituyo por algo que me hace bien, y que además me hace feliz.

Las dependencias. Para las personas que nos pasamos la vida procurando preservar nuestra independencia por encima de otras muchas consideraciones, el tener un hábito poco saludable que nos obliga a “hacer cosas raras” es una lacra. Yo me he sentido absolutamente boba (y más cosas que suenan peor) bajo una marquesina, sola, un día de lluvia apurando un cigarro, pasando frío, abandonando una divertida reunión por salir a fumar, saliendo de la sala refrigerada al calor de la puerta para echar un cigarrito, y diciendo “¡anda morena, que ya te vale!” (sí, yo me llamo morena a mi misma). Estoy segura que todos los fumadores habéis sentido eso en algún momento . . . terminamos por fumar, incluso, cuando no nos apetece, “porque luego cuando me apetezca a lo mejor no puedo” y somos capaces de aguantar un montón de horas sin fumar cuando las circunstancias nos obligan, viajes largos, hospitales, estancias en lugares apetecibles donde no se puede fumar.

El refuerzo personal. Me he dejado este argumento para el último, pero no porque sea el menos importante, si no por lo que representa como mensaje final. Cuando nos asomamos al precipicio que supone dejar de fumar (todos lo hemos hecho aunque sea durante 1 minuto) nos da vértigo, seguro que reconocéis alguno de estos argumentos, todos hemos usado alguno, y hemos oído los demás:  
  • “si es que yo no lo quiero dejar, porque a mí, fumar me sienta muy bien”,
  • “no me hace daño, yo, ni toso por las mañanas . . .”
  • “qué necesidad tengo de pasarlo mal, porque dejarlo implica sufrir y qué necesidad tengo”
  • “me va a generar ansiedad y yo combato mal la ansiedad”
  • “no tengo dependencia, fumo por puro placer”
  • “yo lo dejo cuando quiera”. Y otros mil más.
Pues bien, el argumento definitivo es exactamente éste: 

“Lo dejo porque quiero y porque puedo” 


Y una vez embarcado en el proyecto te das cuenta que no es tan difícil, que no lo pasas tan mal como te temías, que con eso también puedes (como con tantas otras cosas) y eso al final se traduce en seguridad, autoconfianza y en que sigas sintiendo que tu vida te pertenece y que eres tú quien la gobierna, y en pensar: “Si con esto, que lo veía tan complicado, he podido ¿por qué no voy a poder con . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ?” (rellenar la línea de puntos con retos propios).

Sólo dos cositas más:

Una.- Hay quien prefiere dejarlo “a pelo” y quien como yo, prefiere sentirse acompañado en el proceso (ya hacemos demasiadas cosas solos en la vida). Yo, tomé pastillas, no voy a hacerles publicidad aquí, que las pagué de mi bolsillo, me las recomendó mi médico de familia. Pero hay alternativas para todos los gustos, creencias, apetencias e incluso bolsillos, porque con lo que nos ahorramos en tabaco se autofinancian en tiempo record: pastillas, parches, acupuntura, terapias, hipnosis, etc. Elegid cuándo, cómo, vuestro propio porqué y adelante. 

Dos.- No todos los objetivos se consiguen a la primera, yo lo dejé en el segundo intento, no te crucifiques tú solo/a, que no lo hayas conseguido una vez, no quiere decir que no lo consigas a la siguiente. Date otra oportunidad, si se las das a otras personas ¿por qué no te la vas a dar a ti mismo/a?


Y si te ayudan en algo mis palabras, cuéntamelo, me hará tremendamente feliz saber que te he ayudado, es lo gratificante de compartir, sobre todo las buenas experiencias, y dejar de fumar es una de las mejores.


3 comentarios:

  1. Como me alegro sister, 30 meses ya!!! yo voy a hacer el día 24 de Mayo 3 años y no veas que cambio de vida, SOY LIBRE! y estoy un poco mas sano, pero no hay que bajar la guardia el enemigo acecha....

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    1. Lo sé, pero hay que celebrar cada tramo del camino... porque eso nos fortalece...yo también me alegro un montón

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  2. Me alegro campeona, yo solo fumo para dormir. Nunca me ha sentado bien fumar, de echo me droga tanto como un diazepan. Estoy de acuerdo, las dependencias son malas, de echo malísimas. Yo he dejado muchas en el camino, pero siempre queda algo. Se que somos fuertes y que nos espera grandes retos por delante. Besos y a seguir.

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