sábado, 15 de octubre de 2016

Las cosas por su nombre . . .

. . . salvo si eres de Plasencia


Siempre cuido el lenguaje, cuido lo que hablo y especialmente lo que escribo, y siempre digo que me gusta hablar clarito y que se me entienda, creo que lo consigo en la mayor parte de las ocasiones.

Además me gusta ser precisa y llamar a las cosas por su nombre, utilizar los adjetivos correctos y no esos que aproximadamente significan lo mismo. 

Mi lengua me ayuda, el castellano es un idioma rico, lleno de matices que me permite expresar todo aquello que mi alma siente, o que me inspira una canción o la contemplación de un paisaje. Esa riqueza es la misma que me hace amar el portugués, aunque me faltan muchas horas de conversación y muchas páginas leídas para tener el nivel deseado, pero es una meta, allá en un lejano horizonte, quien sabe si no terminaré viviendo en Portugal . . . 


Pero toda esa precisión se fue al traste cuando llegué a Plasencia el pasado mes de Agosto. Tres días, combinando turismo, pajareo, fotos, y charlas con unos y otros. Viajar a Extremadura sola, no significa estar sola o no hablar con nadie, lo difícil es no  hacerlo. Los extremeños son sociables, charlatanes y muy hospitalarios, y Plasencia y los placentinos no son una excepción. 


Lo realmente divertido es la costumbre de llamar a las cosas de cualquier manera diferente de su nombre oficial, ya puedes ir buscando en un mapa el "Parque de los Patos" del que todos los placentinos te hablarán, no te líes, se llama "Parque de los Pinos".


Lo mismo que si preguntas a alguien por la "Plaza de San Pedro de Alcántara", con un poco de suerte alguien te dirá: "Ahhh, la plaza del caballo".


Y cuando intentes contar que conoces un puente de piedra que hace 30 años se pasaba en coche y tenía un gran cambio de rasante, te dirán "Ahhh el puente nuevo" y tú con tu costumbre de hablar con precisión dirás "Nooo, es viejo" pero da igual, al puente más viejo de los que atraviesan el río Jerte, es al que le llaman Puente Nuevo . . . 


Cosas de placentinos . . . Desde el más profundo cariño



P.D. Gracias a Chus, por presentarme su tierra. A Sergio, Hugo y Eva por una mañana estupenda, y a todos los placentinos anónimos que convirtieron mi estancia en un magnífico puente y un montón de fotos, de aves, de arquitectura, de parques, de personas,  en fin, de todo lo que de Plasencia me traje en el corazón.