domingo, 23 de diciembre de 2018

El viaje es siempre, y es nunca

Diciembre

Mis meses de diciembre han sido siempre especiales y llenos de hábitos maravillosos que me hacían disfrutar un montón, tanto cuando era yo la niña, como cuando los niños eran mis hijos. 

Ya lo escribí hace años, es un mes de reencuentros, de ver a personas queridas a las que añoras en tu vida diaria, época de repartir abrazos y besos sin pudor, y sin tener que buscar una excusa, de manifestar en voz alta los buenos deseos para los de tu alrededor, los que piensas todo el año, pero que no cuentas un jueves de febrero, o un martes de noviembre. Es cierto que hay algunas pequeñas servidumbres que no siempre te apetecen, pero también las hay los demás meses del año y no nos quejamos de pagar el peaje. Es sólo cuestión de enfoque.

Mi pistoletazo de salida era el puente de la Constitución, que utilizábamos para decorar la casa y ocuparme de las felicitaciones navideñas, una de las tradiciones que más me gustaba. Durante años, escoger las tarjetas a enviar, hacer la lista de destinatarios, ir al servicio filatélico para escoger sellos hermosos, y en el puente de la Constitución escribir todas ellas y llevarlas a Correos el primer día laborable, para asegurar que estaban con la gente querida el día preciso, sin contratiempos. 

Luego algo se quebró y todo empezó a cambiar, los puentes de la Constitución cambiaron de significado, algunos dedicados a trabajar en el nido para dejar todo a punto, anticipando partidas soñadas, otros dedicados a viajar, en fin, eso no toca hoy.

Después la fotografía entró en mi vida, y abandoné el correo postal. Aún así he confeccionado una felicitación navideña o más cada año, que he distribuido por todos los medios posibles, impresas, por mail, por facebook, y en los últimos años mayoritariamente por whatsapp,  con mensajes personales a cada cual, y siempre aguardando (ansiosa) respuestas, reacciones, cariños de vuelta, que no siempre han llegado . . .  

En fin, que todo se agota, y yo me estoy haciendo mayor, y eso no quiere decir que abandone, quiere decir que me reinvento una y otra vez, tan a menudo como la vida me lo exige. 

El 2019 va a ser un año lleno de cambios en mi vida, algunos de ellos muy importantes. Los afronto con ilusión, vamos a darle otra vueltita a esto, así que mi felicitación de este año es global e ilustrativa, y muestra como pienso afrontarlo y además ni siquiera voy a esperar al 1 de Enero.


Contestaré personalmente a todo el mundo que tenga unos minutos para mi en estos días, pero este año, para variar, no seré yo la que empiece, me dejaré querer.


domingo, 9 de diciembre de 2018

¡Levanta la vista!

Lo sé . . .


Hay días que son difíciles, lo sé, lo sabemos. De hecho hay temporadas que son difíciles, y que todo lo que miras te parece terriblemente gris, triste, cansado, tedioso, etc . . 

Podríamos ahondar en una lista interminable de adjetivos para los días que te cuestan, pero no es la mejor manera de gastar esfuerzos ni palabras.

A veces, es tan fácil como levantar la vista, y obtener otra perspectiva. Caminar con la cabeza alta, además de permitirte ver el cielo te posibilita ver la luz y recordar que no vives en un túnel, ya no . . .