¿Dónde están las llaves?
Escribir en el teléfono es siempre más lento y complicado, pero mi portátil se ha quedado en Madrid, por decisión propia, nos hemos dado un tiempo . . .
En fin, hablaba con una amiga hace un rato sobre la necesidad de hacer limpia en las agendas de vez en cuando y me decía que "menuda soy yo haciendo limpias" y me ha dejado pensando.
No es verdad, me cuesta mucho sacar a la gente de mi vida, mucho y permito que se queden aunque no tenga sentido su permanencia porque dejarlos fuera me parece algo parecido a asumir un fracaso.
Hay mucha gente en mi agenda que no tiene sentido que estén, no nos une nada, no tenemos trato alguno, hace mucho que no aportan nada a mi vida, si es que lo aportaron alguna vez, pero tengo reticencias a cerrar mis puertas, me gustan las puertas entornadas. Aunque muchas veces sirvan sólo para que por las rendijas se cuelen cosas no deseadas, en forma de recuerdos, o peticiones insospechadas, y a veces hasta caigo como la incauta que no me gusta ser.
Después los interfectos o interfectas encima van y cierran la puerta ellos con mucha dignidad y me jode, porque son puertas que debería haber cerrado yo y así me dolería menos y no se me quedaria la cara de boba que se me pone a veces.
Eso sí, entonces aprovecho, cojo las llaves y echo dos vueltas. El primer paso lo dan ellos, pero el definitivo lo doy yo.
En fin, hablaba con una amiga hace un rato sobre la necesidad de hacer limpia en las agendas de vez en cuando y me decía que "menuda soy yo haciendo limpias" y me ha dejado pensando.
No es verdad, me cuesta mucho sacar a la gente de mi vida, mucho y permito que se queden aunque no tenga sentido su permanencia porque dejarlos fuera me parece algo parecido a asumir un fracaso.
Hay mucha gente en mi agenda que no tiene sentido que estén, no nos une nada, no tenemos trato alguno, hace mucho que no aportan nada a mi vida, si es que lo aportaron alguna vez, pero tengo reticencias a cerrar mis puertas, me gustan las puertas entornadas. Aunque muchas veces sirvan sólo para que por las rendijas se cuelen cosas no deseadas, en forma de recuerdos, o peticiones insospechadas, y a veces hasta caigo como la incauta que no me gusta ser.
Después los interfectos o interfectas encima van y cierran la puerta ellos con mucha dignidad y me jode, porque son puertas que debería haber cerrado yo y así me dolería menos y no se me quedaria la cara de boba que se me pone a veces.
Eso sí, entonces aprovecho, cojo las llaves y echo dos vueltas. El primer paso lo dan ellos, pero el definitivo lo doy yo.
PARA QUE ESTAS DE VACACIONES
ResponderEliminarA la orden, MADRE!
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