miércoles, 3 de mayo de 2017

De oruga a mariposa

Y justo cuando la oruga pensó que el mundo se . . .


acababa, justo entonces, empezó a darse cuenta que aquello no era un fin, sino un principio. 




Necesitaba encerrarse en su crisálida y allí en su propia soledad sanar sus heridas, mirar en su interior, crecer, adaptarse, prepararse para vivir su nueva vida . . . 


Y pasó el tiempo . . .


Y un buen día sintió que su crisálida ya no era un refugio sino una prisión. Que no era seguridad lo que le ofrecía, sino limitaciones. Necesitaba desplegar sus alas, salir, volar, mirar, sentir . . . 

Y entonces, decidió salir . . . 


Tenía todo un mundo a su disposición, daba igual que fuera un tiempo breve, era su tiempo, y no iba a esperar ni un segundo más . . . 





2 comentarios:

  1. esto es muy bonito y profundo te entiendo perfectamente.

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  2. Cuantas veces nos sentimos así a lo largo de nuestra vida... Nuria

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