jueves, 28 de agosto de 2014

Mis esenciales. Parte IV. El juego

¡ Me gusta jugar !

Sí, lo confieso, me gusta jugar, y me gusta mucho, y a muchas cosas.


Era un mico cuando mi abuelo Ramón me enseñó a jugar al dominó. He jugado a las cartas desde pequeña, primero al cinquillo, luego a las 7 y media, mona, escoba, tute, julepe, chinchón, mus, etc. Es cierto que ahora hace años que no juego a las cartas, pero sólo por falta de oportunidad. 

Me encantan los dados, me divierte el parchís, el Scrabble en mi casa es parte del menaje de hogar, jugamos toda la familia, especialmente mis padres. 

La era de Internet sólo facilitó esta tarea, sabéis que he jugado a todo tipo de granjas y he plantado zanahorias, recolectado manzanas y confeccionado todo tipo de pasteles virtuales, luego me retiré de la vida granjera. Actualmente sólo juego al Apalabrados con mis padres, y por supuesto al Candy Crush Saga, desde hace cerca de 3 años (¡qué barbaridad!).

Pero lo de mi afición por el juego no queda ahí, no se reduce a juegos reglados con tableros, fichas, barajas, dados o cubiletes . . .

Me encanta jugar con el lenguaje, con el doble sentido de las palabras, con lo que digo y con lo que me callo, con los puntos suspensivos y los silencios intencionados, con los pensamientos (in)audibles. Los que me conocéis sabéis que mi chiste favorito del mundo mundial no es más que una cuestión de interpretación, tan fino . . .  O esas cosas de:


- ¿No nada, nada? 
No traje traje

Adoro un buen debate con un buen interlocutor, que a fin de cuentas no es más que un juego dialéctico. 

Me encantan las miradas cómplices con las que mis ojos gritan lo que mi boca calla, y cuando mi sonrisa explica lo que mi alma siente, jugar con alguien a adivinar hasta donde llegaremos en ese punto de complicidad y comprensión. 

Rellenar párrafos perdidos en libros importantes. Por eso también me gusta la ciencia ficción y la literatura fantástica con la que jugar a imaginar mundos lejanos donde tres soles son posibles, dónde elegir entre el calor abrasador o el frío latente y siempre constante, dónde un conjuro abre las puertas o te libra de todo mal, pero eso lo contaré en otra entrada que está en el horno: "Mis esenciales. Parte III. Los libros". 


Pero si hoy hemos saltado a la parte IV, es porque ahora toca hablar de esto. Es lo que mi alma me pide a voces, y por eso estoy aquí jugando a que os lo cuento personalmente a cada uno/a de vosotros/as, como si jugáramos al Pictionary, pero como yo pinto fatal, jugaremos al Party and Co, y así entre mímicas, palabras Tabú e imágenes seguro que consigo hacerme entender . . .

Os he contado todo lo que adoro del juego, y si os dais cuenta en todo lo que he mencionado yo soy una parte activa del juego, no juego para ganar, (aunque me encante, soy treméndamente competitiva), juego para divertirme. Entiendo el juego en su acepción etimológica: La palabra juego se deriva del latín "iocus" o acción de jugar, diversión, broma. La raíz de la palabra nos dice simplemente que el juego es "diversión". (Sobre lo lúdico)

Entendido así es como me gusta jugar, siendo un jugador activo en la partida, aunque una mano me toque sólo repartir porque seamos más jugadores de la cuenta alrededor de la mesa, o pida mus porque no llevo nada, o pase porque no tengo para responder a ese seis en cada extremo, o me apuntes 0 porque no he sacado ningún as en la obligatoria, da igual, o porque me levanto de la partida para hacer un café para todos, no importa, porque otro rato puedo ser yo la que cierre a cincos, la que de órdago a la grande, o la que ligue un chinchón, es parte del juego y así lo acepto.

Sólo hay un rol que no admito en el juego, no soporto ser el dado, el tapete, o el tablero, es decir, no soporto que jueguen conmigo. El refranero español en su inmensa sabiduría, acuñó aquello de "O jugamos todos, o se rompe la baraja". Y eso es lo que termina por pasar cuando alguien abusa de sus privilegios y se dedica a jugar con trapacerías o se equivoca de medio a medio conmigo, asignándome el papel de "objeto con el que jugar". 

Entonces, me planto y digo "NO VA MÁS", y si alguien quiere seguir jugando, que se dedique a los solitarios . . . Yo, seguiré jugando, pero sólo con reglas justas . . .

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Este blog se alimenta de un espíritu lúdico, amistoso y de buen rollo, si has aterrizado por aqui, por alguna razón y no son éstos los parámetros que nutren tu vida, dale a siguiente blog, por favor. Gracias,
Está optimizado para Chrome, por lo que puede dar algún problema en otros navegadores, especialmente en móviles (puedes ver la "versión web").