RevelArte por la igualdad . . . de oportunidades entre mujeres y hombres
Ese es el nombre del concurso de fotografía en el que he participado . . . El primero en el que elegí tomar parte, y no ha sido una elección casual.
La igualdad de oportunidades, y de trato, y de leyes, y de responsabilidades y de derechos . . . y mil más en las que aún tenemos mucho camino por andar, son un tema en el que siempre he estado muy involucrada, defendiéndolo en todos los entornos posibles y con todos los medios a mi alcance, y este era un medio más . . .
Estoy enórmemente orgullosa de mi participación en este concurso.
Envié una sola foto (se podían enviar hasta 3), pero yo sólo tenía ojos para ella, y ella, únicamente, mostraba sus ojos para nosotros . . .
ÉL, entretenido con su tablet y su conexión wi-fi en un parque público, el primer día de verano, ropa occidental, tecnología occidental, sus vaqueros, sus piernas cruzadas . . .
Y ELLA, al lado, pero a mil años luz . . . escondida, aislada, dentro de su negro burka, ausente, que no se fija en nada ni en nadie, a través de la estrecha rendija que constituye su única relación con el mundo, y eso el 23 de junio de 2012 (no en el siglo XVIII o XIX sino en el XXI), en Madrid (no en Irán, Afganistan . . .), en el Parque de la Arganzuela, mientras otros montan en bici, sueñan evocadores, juegan con sus hijos, disfrutan de un incipiente sol veraniego.
Como decía un día en mi facebook, en julio, las mujeres en España en los últimos tiempos hemos avanzado tanto, que nuestros hijos no creen cuando les contamos las limitaciones que teníamos hace 30 años, cuando teníamos su edad, y piensan que les estamos contando historias exageradas o de nuestras bisabuelas . . .
Tenemos mucho que agradecer a nuestras hermanas, a nuestras tías, a nuestras profesoras, a nuestras madres, a todas las mujeres que han ido por delante de nosotras abriéndonos el camino, pero sobre todo tenemos la obligación de preservar y ampliar éste legado para las mujeres del futuro, para las niñas de hoy . . .