sábado, 3 de agosto de 2019

Ya no me duele

Una historia paralela

Hubo una temporada en la que me dolía una muñeca, la derecha en concreto. No era una cosa horrible, ni repercutía mucho en mi vida diaria, sólo cuando hacía determinadas cosas como coger una cazuela llena con una sola mano, dejando la palma virada hacia arriba, o apoyarme en ella más de la cuenta al levantarme tras un rato tumbada, en fin, en algunas ocasiones me recordaba que seguía ahí, y reclamaba su espacio.

Me acostumbré tanto a esa situación que ya apenas la notaba, simplemente evitaba hacer aquellas cosas que me acercaban al dolor, se convirtió en un capítulo más de mi vida en mantener a raya (otro más). 

Un buen día me despisté, llevaba el salvamanteles en la mano izquierda y cogí la cazuela, bastante llena, con la mano derecha y de repente caí en la cuenta que ya no me dolía, estaba tan acostumbrada al dolor que no me di cuenta que me había abandonado. No sé cuando me dejo de doler.

Lo mismo me pasó con tu amor, un buen día volví la cabeza y me di cuenta de que ya no me dolías. No sé cuándo te dejé de querer, no sé cuándo me dejaste de doler.


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